Decíamos en el post anterior que en Carcabuey existe una energía especial, debido a su configuración geográfica, y es cierto, pero claro, hasta que punto, pues en este pueblo hay farmacia y sigue muriéndose gente, no sé si como en todas partes, pero poco más o menos.
Lo de no morirse nadie nos puede llevar a aquel libro del escritor vasco, Luis de Castresana, "Nadie Moría En Ceanuri", que al final nos hace ver que eso de no morir nunca ne era tanta ventaja como en principio se podía imaginar.
La energía que nos puede beneficiar, tiene que ser muy tenue, pues de otra manera desequilibraría nuestro sistema. Hagamos una analogía con una balanza, si a la derecha ponemos el positivo y a la izquierda el negativo, si queremos añadir a alguno de los platillos tendrá que ser una pequeña parte, de lo contrario se desequilibraría, bajando el consabido platillo hasta el suelo.
El compañero Roberto dice que sus abuelos se encuentran mejor después de que están en el pueblo, o al menos esa impresión le da, no sabiendo distinguir si es real o es una sugestión. Y es que como dije la energía es tan sutil que no se puede demostrar con un aparato, lo que se puede ver es el resultado.
Hay magnetómetros para medir la cantidad de campo, así como medidores de flujo magnético y otro montón de aparatos más que solo nos marcan una cantidad de energía medible, pero para saber cuál es la que beneficia o perjudica nuestro cuerpo, solo lo puede decir él.
Algo que puede ser distinto en este pueblo, quizás por su energía es que los hombres viven más que las mujeres, o al menos eso se podía deducir de su censo en 2007, pues figuran 1.395 hombres y 1.357 mujeres, cuando de todos es sabido que las mujeres viven más que los hombres, como media.
Si yo mismo quisiera hacer de abogado del diablo, podía argumentar que las mujeres son muy guapas y se las llevan los de los pueblos de alrededor. ¿Pero tan feos son los hombres?
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