Las observaciones recientes de la radiación del fondo cósmico de microondas muestran que el universo primigenio resonaba armoniosamente.
Al principio fue la luz. Sometida a las intensas condiciones del universo temprano, la materia ionizada radiaba energía, que quedaba atrapada en su seno como la luz en la niebla espesa. Pero a medida que el universo se expandía y enfriaba, los electrones y protones se unieron para formar los átomos neutros, y la materia perdió su capacidad de apresar luz. Hoy, unos 14.000 millones de años más tarde, los fotones de aquel gran despliegue de radiación constituyen el fondo cósmico de microondas (FCM).
Cuando se sintoniza la televisión entre dos canales, alrededor del 1 por ciento de la estática que se observa en la pantalla se debe al FCM. Cuando se barre el cielo con instrumentos sensibles a estas microondas, la señal es casi idéntica en todas las direcciones. La omnipresencia y constancia del fondo cósmico indican que proviene de un pasado simple, antes incluso de que las estructuras celestes, los planetas, las estrellas y las galaxias existieran. Gracias a esa sencillez, cabe predecir las propiedades del FCM con una gran precisión. En los últimos años, se han comparado esas predicciones con las observaciones de los telescopios de microondas instalados a bordo de globos y satélites. Esta investigación nos permite acercarnos a la respuesta de algunas preguntas muy antiguas: ¿de qué está hecho el universo? ¿Qué edad tiene? ¿De dónde provienen los objetos que comprende?
1 comentario:
Hay gente cuya mente es tan corta que al sentirse desbordada por las cosas que dices y escribes te acaba llamando loco o colgao y se dedican a escribir anónimos. Dan tanta pena que a veces hasta se los publico. Gracias por tu blog Miguel! Das algo de luz al mundo.
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