El mundo de los curanderos es un laberinto tenebroso en donde se entrecruzan la brujería, la magia, la superstición, lo sobrenatural, el miedo, la fe, el diablo y Dios. Un dédalo inextricable en donde nuestra razón se pierde.
¿Cómo es posible evitar perderse en este universo fantástico? ¿ Dónde encontrar nuestro hilo de Ariadna?
Debemos conservar la cabeza serena. Penetramos en un terreno en el que la ignorancia, las pasiones y el fanatismo triunfan a menudo sobre el sentido común.
Siempre han existido médicos paralelos y siempre existirán. Mientras que la medicina oficial sea impotente ante ciertas enfermedades, el hombre enfermo se aferrará con desesperación a la primera tabla de salvación que pase a su alcance, aunque se dé cuenta de que está podrida. Únicamente los incrédulos ironizan sobre la necesidad de creer en lo sobrenatural que impulsa al ser que sufre hacia el curandero; hasta el día en que caen gravemente enfermos a su vez modifican, entonces, su punto de vista ...
La existencia de curanderos, es cierto, responde a una necesidad, al impulso instintivo que incita al enfermo desesperado a orientarse hacia lo sobrenatural cuando ha agotado, o cree haber agotado, todos los medios naturales de cura. Pero lo esencial es saber si los curanderos curan o no.
Todo el mundo conoce los hechos: sí, los clandestinos de la medicina alivian y curan. Esto es innegable y abundan los testimonios. Sin embargo, también los curanderos tienen fracasos como los doctores tradicionales, aunque éstos no lo confiesen espontáneamente; se conocen igualmente varios ejemplos de enfermos que han muerto por haber confiado ingenuamente en los curanderos ignorantes y pretenciosos, en charlatanes o en iluminados criminales.
La frecuente visita a curanderos puede ser peligrosa. Vaya intentar iluminar el camino de este universo fantasmagórico que es una especie de mezcla de «Cuento de las Mil y una noches» y de ferias campestres.
Invito. pues. al lector a seguirme en el descubrimiento de los curanderos, los brujos, los radiestesistas, los magnetizadores, los espiritistas, los vendedores de talismanes y otros «magos» de vía estrecha. A continuación sacaremos las conclusiones prácticas de esta exploración.
Los ensalmadores
El ensalmador es un personaje del campo bien conocido. Su especialidad es la cura de los nervios lesionados, las torceduras. los esguinces, las luxaciones y las fracturas. Cura al mismo tiempo a los hombres y a los animales; los campesinos van a consultarle porque la «visita» les cuesta menos dinero que una auténtica consulta médica. Por otra parte, los ensalmadores ejercen excepcionalmente la profesión de curandero; curan principalmente «para hacer un favor». Su «poder» no contiene, en efecto. ningún poder oculto, el ensalmador posee una gran habilidad manual, su padre o su abuelo. antes de morir. le han confiado algunos «trucos» ancestrales para poner en su sitio los músculos o los huesos desplazados y. por experiencia. ha adquirido unos ciertos conocimientos de anatomía de los miembros que le permiten curar los males de los hombres del campo.
Desgraciadamente, el ensalmador comete a veces graves errores; las fracturas y las lesiones nerviosas o articulares no son siempre discernibles a simple vista y pueden pasar desapercibidas si no se efectúa un examen por medio de radiografías. Puede tener para el paciente complicaciones quirúrgicas. En general, ante cada caso sospechoso. el ensalmador honrado envía prudentemente a su cliente al médico más cercano. Sin embargo. por prudencia, aconsejo que se evite la visita a los ensalmadores. No obstante, si un día acepta los cuidados de uno de ellos y después continúa padeciendo dolores, le recomiendo que vaya rápidamente a un médico y se haga una radiografía.
Se puede hablar mucho de este tema bueno y malo, si quereis seguimos otro dia.
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